Recientemente hemos iniciado en clase una actividad dirigida al fomento de la lectura. Bajo el nombre "La escalada de la lectura", los niños van "subiendo" una montaña de libros y consiguiendo medallas según los libros que vayan leyendo.
No se trata de libros obligatorios, sino de obras de diversa tipología elegidas por los propios niños (cuentos, cómics, fábulas...). Es aquí donde creo que se encuentra el quid de la cuestión, los niños leen porque les apetece y lo que les apetece. Poco a poco, y según vayan leyendo, irán coloreando cada vez más libros para ir consiguiendo las medallas, desde la de bronce hasta la de diamante.
Muchos de los alumnos de 3ºA ya han comenzado su escalada y podemos ir viendo los primeros libros coloreados. Es muy emocionante ver las caras de ilusión con la que se me acercan para decirme que han leído un libro y enseñarme el registro que lo confirma.
He de aclarar que la idea de esta actividad no ha sido mía, se la debo a mis magníficos compañeros de ciclo que tuve en el CEIP Manuel Alonso, en Alcalá de Guadaíra. Un gran equipo del que aprendí muchísimo.
En relación con esta actividad, después de varios cursos sobre el fomento de la lectura en la escuela, puedo concluir que mandar trabajos sobre el libro que se ha leído resulta totalmente contraproducente. El niño debe leer por placer, de manera que es algo incoherente mandar un trabajo obligatorio sobre algo que se hace por diversión. Pensemos por un momento, ¿cómo nos sentiríamos si, tras salir del cine, nos pidieran obligatoriamente un resumen de la película? En mi opinión, acabaríamos por no ir al cine con tal de evitar ese tedioso trabajo posterior.
También es importante encontrar qué le gusta leer al niño. Muchas veces te dicen "es que a mí no me gusta leer"; seguramente sea porque no han dado con un tipo de texto que realmente les guste, ya sea por la forma en la que esté escrito o por el contenido.
Desde aquí animo a todos los niños y niñas (y a sus familias) a que busquen qué les gusta leer, hay una variedad tan extensa que resulta casi imposible no encontrar algo que nos guste. Leer nos permite adentrarnos en mundos que solo podríamos soñar, ponernos en la piel de otras personas evadiéndonos de nuestros propios pensamientos, nos ayuda a aprender sobre otras culturas, sobre otros puntos de vista... En mi opinión, empezar un libro es como montarte en un avión que te llevará a un nuevo destino, ya que como dijo Emily Dickinson "para viajar, no hay mejor nave que un libro".
Mucho ánimo a todos los que han decidido unirse a esta escalada, poco a poco irán ascendiendo y consiguiendo todas las medallas. ¡Que nada os pare!
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